Es una noche casi helada de Chicago. Voy por carretera con mi compañero de trabajo, con el que llevaba ya más de 6 semanas conviviendo en el Mid-West estadounidense. Nos habíamos lanzado en un viaje fugaz a Milwaukee desde Kalamazoo, Michigan para que él visitara el (enorme) museo de Harley-Davidson. Él manejó, ya que mi interés por las motos es prácticamente inexistente, pero le pedí un favor: pararnos en Chicago para ir a Reckless Records, y comprar unos CDs. La disquera primero me atrajo cuando visitamos “La Ciudad de los Vientos” cuando recién inició nuestro viaje y quería volver a adentrarme en sus pasillos porque nuestro viaje de trabajo estaba por terminar.

En palabras de la persona que revisó mi maleta al regresar a México y vió los más de 20 CDs que compré en EUA: “solo viejitos compran esto”. No me lo tomé a mal y la evidencia estaba ahí, a finales de 2017, en CDs: Kind of Blue de Miles Davis, A Love Supreme de John Coltrane, Different Class de Pulp, entre muchos otros, e incluso la versión extendida de El Retorno del Rey en DVD. Pero eso no era lo más valioso: por alguna razón alguien había decidido vender a Reckless sus copias de las versiones expandidas de los primeros 4 álbumes de Pavement. Cómo me han de haber brillado los ojos. Llevaba por lo menos 4 años amándolos, disfrutando de cada palabra grabada de Stephen Malkmus y, por lo que sabía, esas versiones ya no eran tan fáciles de encontrar. 12 dólares cada una. En una fugaz sensatez tomé solo uno: Crooked Rain, Crooked Rain, y al escucharlo para esta reseña, me doy cuenta que sigue siendo mi favorito.

Me subí rápidamente al coche aguantando el frío con una bolsa con unos 10 CDs. Listo para escuchar justamente ese: Crooked Rain, Crooked Rain, uno de los álbumes de “indie” rock más aclamados de los 90s que cumplió 30 años ayer y en mi opinión, uno que exitosamente cumplió la tarea de seguir un aclamado debut. Pavement ya no sonaba tan ruidoso ni con la composición radical de su debut, Slanted and Enchanted, pero la canalización de su sonido y su nueva tendencia a melodías de alto impacto creó en Crooked Rain, Crooked Rain una receta sinigual.

‘Silence Kid’ no es el inicio super-estelar que fue ‘Summer Babe’ en Slanted and Enchanted pero tiene una energía similar, enganchándote al álbum sin mucho problema. Crooked Rain, es mejor conocido por contener la casi-indiscutible canción más popular de Pavement: ‘Cut Your Hair’. La melodía sigue siendo tan mordaz como al día de hoy, y las graciosas frases y la entrega de Stephen Malkmus, el cual parece que te está cotando una anécdota adolescente, hacen entender porque la canción sigue siendo la más exitosa de la banda y 30 años después aun funciona. Sin embargo, no está cerca de ser el mejor momento del álbum.

En 2010, Pitchfork (que recién recibió una lamentable reestructuración corporativa) declaró que ‘Gold Soundz’ era la mejor canción de la década de 1990. ¿De acuerdo? ¿Quién sabe? Ellos mismos la movieron al lugar 40 en 2022. Habrá gente que pensará que no es siquiera la mejor canción de Pavement, pero es definitivamente el momento cumbre de Crooked Rain, Crooked Rain, y una de las principales razones por las que el álbum es tan único. Letras introspectivas e identificables, una melodía inolvidable y una instrumentación tan brillante como siempre: ‘Gold Soundz’ no ha envejecido ni un ápice y siempre la disfruto cuando la escucho. El álbum no cesa después de ahí, pero la canción es definitivamente su clímax.

La urgencia de ‘Unfair’ es inescapable, ‘Stop Breathin’ es una de sus baladas más memorables y ‘Hit The Plane Down’ es su momento más raro. Cuanto más lo escucho Crooked Rain, Crooked Rain va revelando sus niveles, ni me imagino como ha de haber sido escucharlo en su lanzamiento. No es el álbum más intricado (Wowee Zowee) ó accesible (Brighten the Corners) de la banda oriunda de Stockton, California, pero al ser uno de sus tempranas demostraciones de su dinamismo y efectividad, Crooked Rain, Crooked Rain enfrenta el paso del tiempo con aplomo. No parecería ser un álbum ampliamente influyente pero es una grabación nuclear de una banda que sí lo es.

Malkmus, Bob Nastanovich, Scott Kannberg, Mark Ibold y Steve West nunca escondieron su personalidad ni su verdadera intención al ser una banda singular de rock alternativo. Ciertamente, Crooked Rain sirvió como una primera muestra de que podían ser elegantes y melódicos, sin perder su estética atípica. Esto también incluyendo su humor. En ‘Range Life’, una balada entretenida, trae consigo unas líneas mordaces burlándose de The Smashing Pumpkins y Stone Temple Pilots. Los primeros amenazaron con cancelar su presentación en el festival Lollapalooza de 1994 si Pavement se mantenía en el cartel. Malkmus y compañía fueron sacados del festival. Y sí, desde que conocí esa historia no pude evitar pensar que Billy Corgan era un payaso (aún lo pienso, por más que es un gran cantautor, o era) pero eso es justo lo que definía a Pavement y su música podía ser más profunda y memorable, pero no iba a dejar del lado su toque sarcástico, que al final era parte de su brillo lo-fi.

No terminé de contarles: uno de los discos que compré aquella noche en Reckless Records venía incorrecto, y rápidamente me bajé del carro para cambiarlo. No fueron ni quince minutos, pero en lo que la persona de la tienda cambiaba el CD, tomé la decisión de comprar el resto de las ediciones expandidas de los álbumes de Pavement. Crooked Rain, Crooked Rain aún es mi favorito y fue el principal motivador para adentrarme en la banda, la música posterior de Malkmus y analizarlos y escucharlos hasta el cansancio. Se separaron poco después de su quinto álbum, el cual ya daba señales de cansancio. Ahora están en su segundo tour de reunión, y me encantaría poder verlos. Pero ese siempre ha sido la cuestión con Pavement: con una discografía relativamente corta, rodeada de historias memorables, b-sides que se vuelven virales de un día para otro y una personalidad intacta, se convirtieron en un acto crucial de la escena del rock en los 90s. ¿El más importante? No soy aficionado de los superlativos, pero Crooked Rain, Crooked Rain es para mí, una muestra de lo mucho que puedes dejar huella con solo hacer la música que te gusta y como te gusta. Como le dije a la persona del aeropuerto: tal vez solo soy un alma vieja.